La Ley de Insolvencia fue establecida para proporcionar alivio a los ciudadanos que, debido a circunstancias imprevistas y fuera de su control, como enfermedades graves, desempleo prolongado o desastres naturales, se encuentran incapaces de pagar sus deudas. Su principal objetivo es permitir que las personas recuperen su estabilidad económica sin el permanente acoso de los acreedores.
Esta ley es aplicable específicamente a personas naturales que no se desempeñan como comerciantes. Es ideal para aquellos que han acumulado deudas personales y buscan una solución legal para enfrentar su situación financiera de manera estructurada y justa.
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